COLUMNISTAS
posiciones

El arte de la negación

Ocurrió hace unos días, en un casino de Mar del Plata. Una señora de cierta edad cayó al piso de repente. Se acercaron a ver qué pasaba. Pasaba que se había muerto. Muerto, sí; y de repente. De muerte natural, como se dice en estos casos. La taparon malamente con una especie de mantel que no alcanzaba a cubrirla del todo. La muerta, y en cierto modo la muerte, quedaban en parte a la vista. Llamaron a la asistencia pública. Y al rato llegó la hija, transida por el inexorable dolor.

Lo que llamó la atención, a todo esto, es que, en medio de la consternación general, hubo quienes, como si tal cosa, siguieron jugando en las maquinitas, anhelando tres guinditas y plata, ajenos a la situación, hinchados de indiferencia, obstinadamente en otra, porfiadamente en la suya.

Pero tal vez no se trataba de eso: ni de indiferencia, ni de ajenidad. Tal vez pensaron que morirse así, porque sí y de repente, no era sino una cuestión de azar, y retomaron en consecuencia la pugna que, contra el azar precisamente, venían librando ya desde antes. O tal vez fueron esos los más sensibles y los más afectados por lo que acababa de pasar, y precisaron justamente por eso hacer de cuenta que no pasaba nada, empezar a olvidar lo ocurrido incluso mientras estaba ocurriendo. El arte de la negación en su punto más alto.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

¿Y no hay acaso versiones así de la pandemia de 2020? Tomando en consideración los más diversos aspectos involucrados en semejante acontecimiento, atendibles sin duda alguna, pero omitiendo significativamente una cuestión medular, que es que estaba la muerte de por medio. La muerte, ¿no? Nada menos.

OSZAR »