COLUMNISTAS
relatos

No basado en hechos reales

¿Por qué es tan relevante o seductor que películas o libros estén basados en hechos reales? ¿Tiene más sentido un relato si viene con el certificado de acontecido? Entiendo si se trata de una crónica periodística o un documental. El mismo género apunta a una investigación, a brindarnos un marco ceñido y riguroso de los hechos, y también a una forma de contarlos. Desde Operación Masacre de Walsh hasta Chicas muertas de Selva Almada.

La ficción, en cambio, no requiere de investigación. Me resulta hasta impúdico meterse con vidas reales inventando una trama que se sirva de ellas para “garantizar” su verosimilitud. Algo así como “si esto sucedió, la película es más creíble”. Justamente, no me parece que sea ninguna garantía. Todo lo contrario, los relatos actuales basados en hechos reales suelen ser bastante fuleros. No le llegan ni a los talones a un buen documental, y parecen hechos por pautas protocolares derivadas de las biopics.

La distancia entre lo real y lo verdadero es muy amplia. ¡Cuánto más significativa es la historia que ofrece Kafka en La metamorfosis o en El artista del hambre! Deja clarita la oscuridad. Nos llevamos casi estampada una verdad acerca de la alienación, el oprobio y la condena del prójimo. Y esto es gracias a la originalidad del relato, a la potencia de una idea. Nadie se convirtió en un escarabajo de un día para el otro, pero cuántos han sido las ovejas negras de sus familias, o bichos raros. Escarabajos, al fin.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Existe también el cartel inverso que juega con los mismos límites. Me refiero a la advertencia: “Toda similitud con la realidad es mera coincidencia”. ¿Advertencia o complicidad? En todo caso, prefiero la coincidencia encubierta a la explicitación de lo real.

Hay otra posibilidad, presente en muchos relatos: partir de ficciones prexistentes. Los clásicos son como árboles que echan raíces en la cultura universal, tiene sentido servirnos de sus nutrientes, crecer con lo plantado en lugar de buscar la historia terrible de alguien que sufrió para hacer más vívida –¿cruenta?– una historia.

¿Existirá alguna película o libro que venga con la indicación “basado en hechos irreales”? Esa me la creería.

OSZAR »