El paro de pilotos que afectó a Aerolíneas Argentinas refleja un problema estructural más profundo que va más allá de los reclamos puntuales, según advierte Jorge Molina, exdirector de la compañía estatal. Aseguró que la aerolínea mantiene convenios colectivos de trabajo que prácticamente ninguna empresa aérea en el mundo posee.
"Los pilotos tienen dos días al año por el festejo de su cumpleaños, o su horario de trabajo comienza cuando el remis de la compañía los pasa a buscar por su casa", ejemplificó Molina sobre beneficios que considera desactualizados respecto a los estándares internacionales.
El exdirectivo destacó una diferencia significativa en las horas de vuelo: mientras un piloto de Aerolíneas Argentinas vuela menos de 50 horas por mes, en empresas similares del mundo superan las 80 horas mensuales. Esta disparidad no se debe a cuestiones de seguridad, sino a "comodidades" que se fueron consolidando a través de décadas de negociaciones.
Confianza, competitividad y tarifas
Molina enfatizó que el verdadero problema radica en la pérdida de confiabilidad que sufre la empresa ante los conflictos constantes. "Cuando las empresas tienen paro, esa credibilidad se pierde y los pasajeros comienzan a buscar otras alternativas", explicó en el programa Última Pregunta de Radio Continental Córdoba.
Esta situación llevó a que Aerolíneas Argentinas no cuente actualmente con cuentas corporativas, ya que las empresas buscan alternativas más confiables para sus viajes de negocios, indicó. La conflictividad gremial, que involucra a cinco sindicatos diferentes, genera un clima de incertidumbre -según Molina- que aleja tanto a pasajeros individuales como a clientes empresariales.
El exdirector también señaló el impacto económico directo de estos convenios en las tarifas que paga el usuario final. La diferencia de precios entre Aerolíneas Argentinas y las aerolíneas low cost como JetSmart o Flybondi refleja, según Molina, los elevados costos laborales que mantiene la empresa estatal.
"Competitivamente también te quedas atrás", advirtió, al comparar las tarifas de Aerolíneas con las de sus competidoras en rutas similares. Esta brecha de precios se debe directamente a la estructura de costos laborales que caracteriza a la aerolínea de bandera.
Molina también abordó los cambios tecnológicos en la aviación, que han transformado el rol de los pilotos en cabina. "Hoy prácticamente el piloto va por una cuestión de seguridad en el avión. Las computadoras han reemplazado mucho el trabajo que tienen los pilotos", explicó, sugiriendo que muchos convenios responden a una realidad tecnológica superada.
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El exdirectivo propuso la necesidad de una "mesa grande" de negociaciones para alinear las prácticas de la empresa con los estándares internacionales, especialmente considerando que se trata de una empresa del Estado que debe mantener su viabilidad económica.
El costo del conflicto actual
El paro, que afectó más de 50 vuelos -según el comunicado oficial de la aerolínea- y generó pérdidas millonarias según estimaciones de la empresa, ejemplifica las consecuencias de no resolver estos temas estructurales. Molina señaló que quienes más sufren son los pasajeros, especialmente aquellos que planifican vacaciones con tiempo limitado y se ven afectados por las reprogramaciones.
"Una persona que va de vacaciones tiene 10 días para irse y te agarra un paro, te tienen que reprogramar. Te arruinan tres o cuatro días de tus vacaciones", ilustró sobre el impacto directo en los usuarios.
La situación actual de Aerolíneas Argentinas, que logró su primer resultado operativo positivo desde su estatización, contrasta con la persistencia de conflictos que, según Molina, responden más a intereses gremiales que a necesidades operativas genuinas.
