Ayer, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que la reducción de retenciones se extenderá únicamente para la campaña fina de trigo y cebada hasta el 31 de marzo de 2026, mientras que soja, girasol, maíz y sorgo recuperarán sus alícuotas anteriores en julio.
Javier Rotondo, vicepresidente de la CRA, señaló que “el único camino es ir hacia una baja total y a una eliminación de los derechos de exportación” y advirtió en diálogo con Punto y Aparte, Punto a Punto Radio (90.7), que los anuncios con fechas y límites “no brindan la certidumbre que el productor necesita”.
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Rotondo destacó que, aunque el régimen actual se mantenga hasta fin de año, el sector requiere “previsibilidad”: “A partir del 30 de junio, empezamos un esquema de reducción y no volvemos a los valores anteriores para la gruesa, lo mismo para el trigo, la cebada y otros cultivos”. Señaló que alternar “bajadas y subidas” complica la planificación de siembras e inversiones en un mercado ya de por sí expuesto a vaivenes.
Para la CRA, cualquier política de retenciones debe sustentarse en un horizonte claro y sin reversibilidad. Rotondo insistió en que “el mensaje simple es que vamos a convalidar cuando tengamos un esquema real de baja de retenciones con horizonte cierto; es el único camino que el productor va a respaldar y que nos pondrá de acuerdo al 100 % con las políticas del Gobierno”.
Relevancia económica del debate
El debate va más allá de una medida coyuntural: en 2025, los derechos de exportación de trigo y cebada aportan alrededor de u$s 4.000 millones anuales. Desde la CRA subrayan que, sin un plan definitivo de eliminación total, la competitividad del agro argentino quedará a merced de futuros cambios políticos y fiscales.