El 77% de las trabajadoras de casas particulares en Argentina no están registradas formalmente, de acuerdo a un informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Ante esta realidad, se resalta la alta informalidad laboral en el país, donde la tasa de trabajo informal entre los jóvenes de 15 a 24 años alcanza el 68%, según datos del FORLAC 2.0.
El encuentro fue llevado a cabo por la OIT en la Biblioteca Nacional, donde asistieron representantes de la Unión de Personal Auxiliar de Casas Particulares (UPACP), del Sindicato de Amas de Casa de la República Argentina (SACRA) y del Tribunal de Trabajo para el Personal de Casas Particulares. Allí, Diana Edith García, directora del Tribunal, explicó que una de las principales causas de la informalidad en el sector es el "desconocimiento" de muchos empleadores sobre el procedimiento para registrar a sus empleadas.
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"En este tipo de trabajos hay un vínculo afectivo, casi familiar, entre el empleador y la trabajadora. A veces, esa misma cercanía es la que impide formalizar la relación laboral. Cuando recibimos los conflictos, ya nos encontramos con relaciones laborales que no han sido completamente registradas", apuntó García.
Por otro lado, explicó que parte de esa población que contrata personal doméstico son adultos mayores, muchas veces enfermos que, ante su necesidad, "tratan de paliar lo que les está haciendo falta y no salen a buscar una ayuda para proceder a un registro", porque no pueden moverse de sus casas o no tienen las herramientas para hacer el registro correspondiente: "Muchas de ellas ni siquiera saben cómo manejar una computadora", añadió.
También contribuye a la informalidad la presencia de trabajadoras migrantes, que suelen tomar este empleo como su primer trabajo en el país y, en ocasiones, ellas mismas piden no ser registradas por diversas razones, como haber huido de situaciones difíciles o delictivas. "El empleador respeta su decisión de no registrarse", explicó.

Para la directora del Tribunal, no hay mala intención por parte de los empleadores que no registran a sus trabajadoras y, además, las diferencias socioeconómicas influyen. "Los empleadores de clase media-alta y alta suelen registrar a sus trabajadoras, ya que se benefician con descuentos en el impuesto a las ganancias. Sin embargo, los empleadores de clase media, que también necesitan trabajar, no llegan a registrar a sus empleadas", destacó García.
Además, indicó que cuando se determina que una relación laboral no está registrada, el Tribunal interviene con su sentencia, pero aclaró que los aportes recaudados no llegarán a la trabajadora. "El juicio se realiza contra el empleador, pero el dinero va al Estado. Para que los trabajadores se beneficien de esas sentencias sería necesario modificar la legislación", concluyó.
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