El gobierno de Javier Milei participará con representación de alto nivel en la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), que se celebrará del 9 al 13 de junio en Niza, según confirmaron los organizadores a PERFIL. La participación argentina del foro contrasta con el rumbo que viene tomando la política exterior libertaria, que resiente de los compromisos medioambientales como parte de su "batalla cultural" global contra la agenda progresista o "woke".
El evento —organizado conjuntamente por Francia y Costa Rica— reunirá a más de 50 jefes de Estado y representantes de 100 países en la ciudad costera francesa para avanzar en la implementación de mecanismos de protección marina, lucha contra la pesca ilegal y el desarrollo de nuevas herramientas financieras sostenibles. "El objetivo es llegar a un Acuerdo de Niza que sea bueno para el océano, como el Acuerdo de París lo fue para el clima", subrayó Jérôme Bonnafont, representante permanente de Francia ante las Naciones Unidas.
Robaron la estatua de cera de Emmanuel Macron del Museo Grévin de París
Del lado argentino, la participación en un foro de alto nivel centrado en la protección ambiental también generó ruido dentro de una administración que promovió una política exterior abiertamente alineada con Estados Unidos e Israel, y que mostró desconfianza hacia el multilateralismo. Javier Milei calificó foros como el Pacto Verde europeo o los debates climáticos globales como parte de una agenda "socialista", ajena a las prioridades económicas del país, algo que ratificó en su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU. "Pasamos de una organización que perseguía la paz a una que impone agenda ideológica", sostuvo el mandatario en aquel entonces.
En este sentido, la presencia argentina en UNOC3 aparece como una excepción en el marco de una serie de decisiones polémicas en organismos multilaterales: la abstención en votaciones sobre género en la ONU, la intención de retirarse de la OMS siguiendo el ejemplo de Donald Trump; y un creciente repliegue de la diplomacia tradicional.
La pesca ilegal, un tema sensible para Argentina
Durante la rueda de prensa preparatoria del evento, los organizadores indicaron que si bien esta no es una "COP del océano", el foro busca establecer un plan de acción concreto para proteger la biodiversidad marina, hacer frente a la pesca ilegal y avanzar hacia un nuevo tratado internacional con transparencia y base científica.
"El sistema de supervivencia de nuestro planeta se tambalea", apuntó Li Junhua, secretario general de la cumbre, resaltando que la "asfixia" de los océanos se agrava por el aumento de la temperatura, la erosión de la biodiversidad, el exceso de plástico y la pesca depredadora.
En tanto, la pesca ilegal —tema sensible para la Argentina en el Atlántico Sur— fue identificada como un "gran asunto" en la agenda, según respondieron a una consulta de este medio. Se estima que el país pierde miles de millones de dólares por la pesca ilegal de buques de otros países en la milla 201, sumado a la explotación ilegal británica de los recursos de las aguas que circundan a las Islas Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur.
Vigorosa irresponsabilidad en la política exterior
Desde Cancillería mantienen el hermetismo habitual. Aunque el canciller Guillermo Werthein no participaría personalmente, se espera la asistencia de funcionarios técnicos y representantes con perfil internacional. Al igual que Estados Unidos —que aún no confirmó su representación política pero le preocupa el tema por la injerencia chino-rusa en el Ártico—, Argentina podría aprovechar espacios de articulación con científicos, filántropos y actores del sector privado de ese país, que también integrarán el foro.
La decisión del Gobierno se da en un contexto de profunda redefinición del Ministerio de Relaciones Exteriores, incluido el desmantelamiento de estructuras clave como el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN), que desde 1963 forma a los diplomáticos de carrera, algo que para concretarse requerirá el aval del Congreso.
Aunque el Gobierno sostiene que se trata de una suspensión temporal de los concursos de ingreso "por limitaciones operativas”, el cuerpo diplomático lo interpreta como un quiebre institucional. La renuncia en marzo del embajador Renato Sersale di Cerisano a la dirección del ISEN fue el primer síntoma público del malestar.
Mientras tanto, dentro de Cancillería persiste el "aturdimiento" entre diplomáticos de carrera por los recortes presupuestarios y la falta de claridad en la conducción. Una sensación similar transcurre en el ámbito diplomático de embajadas de países de alto calibre para el país, donde todavía genera ruidos el estilo de conducción del reemplazante de Diana Mondino, quien hasta su renuncia a fines de 2024 era considerada una figura de diálogo dentro del universo libertario.
Desde que asumió, Gerardo Werthein —empresario sin experiencia diplomática y con vínculo directo con Javier y Karina Milei— consolidó la percepción de un cambio de época: menos diplomacia profesional, alineamiento ideológico, más injerencia directa del Ejecutivo y un blindaje casi total puertas afuera del Palacio San Martín.
