La amenaza de casi 20 años del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de atacar a Irán se hizo realidad el viernes, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió a Teherán de nuevos ataques "brutales" si se niega a negociar.
En su mayor acción militar contra Irán hasta la fecha, los ataques de Israel alcanzaron unos 100 objetivos, incluidas instalaciones nucleares y centros de comando militar, y mataron al jefe de las fuerzas armadas, científicos nucleares de alto rango y otras figuras de alto rango.
Los ataques se produjeron mientras Estados Unidos e Irán se reunían en Omán el domingo para retomar las negociaciones hacia un acuerdo sobre el programa nuclear de la república islámica.
"Estamos bastante cerca de un acuerdo bastante bueno", dijo Trump a los periodistas el jueves, horas antes de que se conociera la noticia de los ataques israelíes. "No quiero que entren, porque creo que lo arruinaría", agregó Trump, refiriéndose a los israelíes.
Pero el viernes, Trump pareció no molestarse por la acción de Israel, y en su plataforma Truth Social instó a Irán a llegar a un acuerdo.
"Ya ha habido una gran muerte y destrucción, pero todavía hay tiempo para hacer que esta matanza, con los próximos ataques ya planeados que sean aún más brutales, llegue a su fin", escribió.
Netanyahu, que siempre desdeñó las conversaciones con Irán, no prestó atención a la advertencia original de Trump y aprovechó los cambios sísmicos en Oriente Medio desde el inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023.
"Dudo que Israel hiciera esto si Estados Unidos le dijera que no lo haga", dijo Menachem Merhavy, experto en Irán de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Merhavy dijo que el momento del ataque "tiene sentido porque Israel ha estado cortando las alas de Irán durante el último año y medio", en acciones contra grupos alineados con Teherán y representantes en la región, muchos de los cuales Israel ha debilitado significativamente.
Netanyahu dijo que había "ordenado" el ataque contra el programa nuclear de Irán hace meses. "Era necesario actuar y fijé la fecha de implementación para finales de abril de 2025", dijo Netanyahu. "Por varias razones, no funcionó".
Pero su obsesión con Irán se remonta mucho más allá de la actual guerra de Gaza, provocada por un ataque sin precedentes del grupo palestino Hamas, respaldado por Teherán.
Después de que el ex presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, causara revuelo internacional en 2005 cuando pidió que Israel fuera "borrado del mapa", Netanyahu -entonces líder de la oposición tras su primer mandato como primer ministro en 1996-1999- calificó el programa nuclear de Teherán como "una seria amenaza para el futuro".
Dijo en ese momento que Israel "debe hacer todo" para evitar que Irán adquiera una bomba nuclear, incluso si eso significa atacar las instalaciones nucleares del país como Israel lo hizo en Irak en 1981.
Irán negó sistemáticamente buscar armas atómicas, pero después de su regreso al poder en 2009, Netanyahu rechazó repetidamente las garantías de Teherán de que su programa nuclear estaba destinado solo a fines civiles y abogó por una "opción militar".
Netanyahu calificó de "error histórico" la aprobación en 2015 por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de un acuerdo con las potencias mundiales que levantan las sanciones a cambio de restricciones a las actividades nucleares de Irán. En 2018, aplaudió la decisión de Trump de retirar a Estados Unidos del acuerdo, desechándolo de hecho.
La reacción de Irán fue abandonar gradualmente sus compromisos, enriqueciendo uranio a niveles cercanos al material apto para armas y en cantidades sin precedentes. Esto le dio a Netanyahu una justificación para mantener la lucha contra el programa nuclear de Irán.
"Remodelar Oriente Medio"
Mientras tanto, la agencia de espionaje israelí Mossad trabajó en secreto para socavar el programa nuclear de Irán.
Desde el inicio de la guerra de Gaza, Netanyahu dijo en varias ocasiones que buscaba "remodelar Oriente Medio". A finales de 2024, Israel asestó un duro golpe al llamado "eje de resistencia" de Irán, al paralizar al grupo armado libanés Hezbolá.
La caída del presidente sirio Bashar al-Assad, otro aliado iraní, ayudó a cimentar el dominio regional de Israel, la única potencia nuclear de Oriente Medio, aunque no declarada.
Pero fue la respuesta israelí a 200 misiles iraníes en octubre de 2024 lo que "cambió el equilibrio de poder" entre los dos enemigos, según declaraciones en ese momento del entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, después de una serie de ataques israelíes dentro de Irán, una rara confrontación directa.
En febrero, Netanyahu le dijo al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, que con el apoyo de la administración Trump "no tengo ninguna duda de que podemos y terminaremos el trabajo".
Danny Citrinowicz, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, con sede en Tel Aviv, dijo que lo más probable es que Trump viera a Israel como "sirviendo a sus intereses". "Trump realmente piensa que mientras Irán sea más débil, podrá lograr un acuerdo sobre el expediente nuclear", dijo Citrinowicz.
Holly Dagres, experta en Irán del Instituto Washington para la Política del Cercano Oriente, advirtió que "si la administración Trump de alguna manera piensa que va a tener una sexta ronda de conversaciones con los iraníes en Omán el domingo, entonces realmente no entiende a la república islámica y cómo opera".
AFP / EP
