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MODO FONTEVECCHIA

Carlos Burgueño: “Los K están convencidos que viene una crisis como la de Chile en 2019”

El periodista aseguró que el empeoramiento de las condiciones de vida podría generar un escenario en el que cualquier “tema menor”, como un aumento de transporte, genere un estallido.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño | Gentileza

El periodista especializado en economía Carlos Burgueño contó cómo imagina Cristina Kirchner la caída del gobierno de Javier Milei y afirmó que no sería por una crisis vinculada a la macroeconomía. “En algún momento, la falta de poder adquisitivo y la falta de crecimiento socioeconómico de las familias argentinas puede derivar en una crisis, que puede estar impulsada por cualquier noticia menor”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Carlos Burgueño es periodista económico, licenciado además en Ciencia Política, máster en Economía y en Sociología.

Jorge Fontevecchia (JF): Carlos Burgueño escribió esta columna en Perfil, respecto de cómo imagina Cristina que va a ser la salida del gobierno de Milei. No similar a una crisis financiera macroeconómica como fue la del ’89, con la hiperinflación de Alfonsín, o la del 2002 con el fin de la convertibilidad, sino algo más parecido a lo de Chile, donde no había una dificultad macroeconómica, pero la calidad de vida de la gente generaba un malestar en la cultura que llevó a protestas.

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Me parece que es una tesis es la más creativa y, además, me parece la más plausible. Porque no parece este gobierno tener solamente el desafío de que por ahí una crisis macroeconómica se lo lleve puesto: podría, aún sin crisis macroeconómica, generarse condiciones para lo que nunca sucedió en la Argentina, que es que, aún con estabilidad, la gente proteste. Como, por ejemplo, en el caso de Chile. Así que, bueno, somos todos oídos para tratar de que nos amplíes tu tesis.

Si, esto es información de adentro del kirchnerismo. Hipótesis que se manejaron en los últimos días. Lo primero es que está convencida Cristina Fernández de Kirchner —y el kirchnerismo— de que va a haber una crisis, y que esa crisis va a haber que aprovecharla políticamente para la redención. Lo dijo Cristina en alguno de estos mensajes, lo dijo en la puerta del PJ la semana pasada. “Va a haber una crisis y nos van a venir a buscar”. Ese fue —palabra más, palabra menos— el mensaje de Cristina.

Y ahí empezamos a consultar: ¿qué tipo de crisis verían ellos, o se ve desde el kirchnerismo? ¿Y qué tipo de realidad tiene ese análisis? Y la verdad que es interesante la reflexión. Porque vos bien lo decías: no esperan un 2001, que es, digamos, el punto de partida del kirchnerismo, el 2001-2002, la llegada del kirchnerismo al poder en el 2003, la caída de la convertibilidad. Tampoco un ’89, tampoco la hiperinflación de Raúl Alfonsín.

No ven eso. Ven un escenario parecido al de Chile del 2019, donde el disparador fue haber aumentado 30 pesos un boleto de transporte público. O sea, que básicamente es la nada misma para generar una chispa que después genere una asonada que cambie el sistema político de Chile —como lo cambió— y el sistema económico, en democracia, todo dentro de las instituciones. Y eso es lo que ven en el kirchnerismo.

Acá no va a haber un estallido inflacionario, no va a haber una corrida a favor del dólar y en contra del peso, no va a haber una corrida cambiaria, una corrida bancaria —o sea, bancaria es que la gente vaya y se lleve la plata de los bancos—. Eso no se va a dar, no lo ven. Y coincido: por ese lado no va a venir ninguna crisis.

Ahora, ¿qué sí ve o qué analizan dentro del kirchnerismo? Y ahí sí, como vos bien decías, es una hipótesis a analizar, a evaluar. En algún momento, la falta de poder adquisitivo y la falta de crecimiento socioeconómico de las familias argentinas puede derivar en una crisis, que puede estar impulsada por cualquier noticia menor: el aumento de un boleto de colectivos, el aumento del tren, el aumento del colegio de tus hijos, el aumento de la nafta.

Cualquier incremento que haga que tu poder adquisitivo pierda más de lo que está perdiendo —si es que no mejora— generaría, según esta hipótesis, una asonada. Ese es el nombre técnico, si querés: asonada. Y que derivaría en esto que Cristina dijo en su momento: “Nos van a venir a buscar.” En ese escenario, nos van a venir a buscar porque “nosotros somos los que arreglamos estos problemas”.

E insisto, me pareció una hipótesis bastante digna como para sentarse a estudiarla. Como para sentarse a analizarla. ¿Qué probabilidades hay de que esto ocurra? ¿Cómo está hoy la situación de las familias argentinas, el poder adquisitivo? ¿Cómo puede evolucionar este plan económico, este modelo económico, para solucionar un problema que hoy existe, que es la pérdida de poder adquisitivo de las familias?

¿Y cómo puede estar el peronismo expectante ante esta situación. Bueno… lo otro que escribimos en la nota es que eso no va a suceder ahora. Que eso no es para ahora, no es para octubre. Esto es para más adelante. Para después de las elecciones de octubre.

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JF: Y, Carlos, uno podría agregar —si va a la historia— otros efectos de movimientos que no estaban motorizados exclusivamente por una crisis hiperinflacionaria, que es lo que la Argentina nos tiene acostumbrados por nuestra naturaleza.

Por ejemplo, el Mayo Francés no tenía ninguna chispa de orden económico. La Primavera Árabe, lo mismo: era un señor que se quemó con un carrito, enojado por la presión de la fuerza de seguridad.

Es decir, finalmente sería una especie de olla a presión. Freud hablaba de la hidráulica de los sentimientos y decía que en realidad el placer era el fin del displacer. Que uno acumula, acumula, acumula como una especie de represa, y en determinado momento hay que largar.

Y que probablemente el detonante no sea el elemento crucial, sino la acumulación. O sea, lo que estaríamos aquí analizando como hipótesis es un grado de malestar en la calidad de vida de la sociedad.

Exactamente. Y a diferencia de los últimos movimientos sociales y económicos de la Argentina, del ’83 para acá, que generaron cambios, por lo menos en la estructura política del país. El surgimiento del menemismo es fruto del ’89; el surgimiento del kirchnerismo, fruto de la caída de la convertibilidad. Siempre decimos: paso previo, Duhalde, Remes Lenicov y Lavagna en el poder; sin eso no había kirchnerismo. Pero bueno, no vamos a entrar en esos matices.

JF: Acá agregaba Elizabeth y me parece muy buen punto, porque, uno podría decir: en el Mayo Francés o en Woodstock, el tema no era económico; era, por ejemplo, la guerra de Vietnam u otros motivos… Ahora, sin ninguna duda, tiene que ver con la percepción de la suma total de la calidad de vida. Llamalo como en una especie de ética utilitarista: la suma de felicidades o la suma de infelicidades.

Porque en realidad la felicidad y la infelicidad siempre son en función de una situación anterior. El famoso ejemplo de un vaso de agua en Auschwitz hace a una persona feliz, y a un millonario en Nueva York le baja la bolsa un punto y ese día está muy triste. Es decir, la felicidad y la infelicidad es una relación de cambio, para mejor o para peor.

Entonces, es importante lo que decías: que a diferencia de Chile o del resto de América Latina, nosotros tenemos una memoria de sociedad de clase media. A lo mejor, en el momento en que la clase media perciba que deja de ser clase media, ese sería el punto de inflexión. Y luego, la chispa sería cualquiera, pero la cuestión de fondo es la pérdida de un estatus existencial, podríamos decir.

Elizabeth Peger (EP): Por eso el tema de la universidad pública empieza a generar tanto malestar. Pero aparte aparecen algunos elementos desde lo material. Lo que estamos observando en el consumo, el tema del ingreso disponible de las familias. Ya no hablar solamente de quienes no llegan a fin de mes, sino que hay un tema de ingreso disponible en las familias que empieza a generar cierto ruido.

JF: Lo que vos estás hablando son de aquellos elementos no monetarios que tienen que ver con la calidad de vida. Porque el famoso índice de Gini, por ejemplo, no mide el ingreso, ni la salud pública; ni la educación pública. Entonces, no es simplemente el salario lo que constituye la calidad de vida: hay bienes no monetarios que hacen a la calidad de vida.

Y me parece también curiosa la visión —será del Instituto Patria en este caso, de los economistas del Instituto Patria—, que entonces lo que están diciendo es que esta economía no va a estallar. Esta economía, desde el punto de vista económico, en el sentido financiero, es sustentable. El punto sería si socialmente es sustentable.

Esa es. A ver, no va a tener los estallidos clásicos de los que sí vive este país desde el Rodrigazo para acá, que son corridas financieras, corridas cambiarias, corridas bancarias y con sus consecuencias…

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EP: ¿Y no pasó lo mismo con Mauricio Macri? ¿O no empezó a pasar con Mauricio Macri? Porque desde Macri hasta acá no hay reelecciones presidenciales. Y Macri pierde las elecciones cuando seis meses antes iba derecho a ser reelecto.

A ver, creo que esto refiere a algo mucho más profundo que el enojo de Macri de agosto del 2019, aquel fatídico domingo-lunes 22 de agosto, después de las PASO, que fue cuando se materializó. O sea, perder las elecciones y devaluar el 22 %. Creo que ese combo fue el punto máximo de la crisis del macrismo, que obviamente viene de antes. Una crisis no se da en un fin de semana; se da —te diría— desde abril del 18 en adelante. Y tiene su cúspide ahí, en ese fin de semana.

Creo que de lo que se está hablando acá es algo más profundo, y más asimilable al ’89 y al 2001, que generaría una nueva versión, una vieja-nueva versión del peronismo. Esto, insisto, es la hipótesis con la que se manejan. Después, podemos dar cada uno nuestra opinión.

Hay algo muy interesante en esto que estabas mencionando vos, que yo reconozco: no lo vi cuando escribía la nota, que es el tema de la clase media en la Argentina y los valores de la clase media argentina. Y el punto de una clase media en la Argentina que nunca se dejó doblegar.

JF: En el caso de Macri, nuevamente, lo que se repite es un problema macroeconómico. O sea, Macri falló macroeconómicamente. No es el caso de Milei, lo que estaría planteando. Lo que nosotros venimos teniendo son fracasos económicos, de insustentabilidad de un modelo. Cada uno viene y fracasa con su modelo. Aquí, el planteo sería que no fracasa con el modelo económico en el sentido estrictamente económico, pero fracasa socialmente. Y ahí, entonces, obviamente, el componente de sentido de clase, de clase media, el tema de pertenencia, lo existencial. Y eso, obviamente, no se produce de un día para el otro por un estallido económico.

Alejandro Gomel (AG): Ahora, lo que está mostrando esa clase media más bien es una apatía o indiferencia. Por ejemplo, no yendo a votar, mirando para otro lado. Digo, ¿en qué momento puede hacer ese “clic”, del que hablaba Carlos, de estallar, dejar la apatía o el mirar para otro lado?

Y también cierta conformidad en algunos aspectos de la economía. En definitiva: baja la inflación. Ahora baja la inflación, pero yo no puedo hacer más cosas de las que hacía antes. A ver, este escenario de la apatía, y ciertos datos macro favorables, ¿cuánto tiempo dura? “Bueno, ya está la inflación. Ahora quiero volver a pagar la cuota del club”.

MC

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