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MODO FONTEVECCHIA
Esperanza de vida

Facundo Manes desde el Vaticano: "A Francisco lo rejuveneció ser Papa"

El diputado nacional formará parte de un evento sobre el envejecimiento de la población mundial. Desde la Santa Sede, aseguró que asumir como Pontífice a los 76 años y "trabajar hasta el último día" benefició la salud cerebral de Francisco.

Facundo Manes
Facundo Manes | CEDOC

Antes del inicio de un simposio sobre el aumento de la expectativa de vida, ordenado por el papa Francisco antes de su muerte, el diputado nacional y neurólogo Facundo Manes indicó que el pontífice argentino rejuveneció al llegar al Vaticano y “hasta empezó a sonreír mucho más”. “Hay que reinventarse después de los 50, porque vamos a vivir 100 años”, advirtió en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Facundo Manes es neurólogo y diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en el bloque Democracia para Siempre, asociado a la Unión Cívica Radical. Además, fundó el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Se graduó en Medicina en la Universidad de Buenos Aires, obtuvo su doctorado en Cambridge y es investigador principal del CONICET. Escribió libros como “Ser humano es usar el cerebro”. En este momento se encuentra en el Vaticano participando de un evento por pedido del Papa Francisco antes de fallecer sobre el envejecimiento mundial de la población. Ayer, mientras el diputado estaba en el Vaticano, el Senado terminó rechazando el proyecto de Ficha Limpia. Manes posteó en la red social X una foto del Presidente con la expresidenta Cristina Fernández y agregó: “Habemus pacto”.

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Quiero hablar de la sucesión de Francisco en el Vaticanoy de este simposio por el envejecimiento de la población, pero primero, me gustaría que nos amplíes el comentario que vos hiciste por el fracaso de Ficha Limpia en el Senado, con el "Habemus pacto" y el planteo de que es un pacto tácito o explícito entre el kirchnerismo, o Cristina Kirchner, y Javier Milei.

Por respeto a dónde estoy y a lo que está pasando alrededor nuestro, prefiero hablar de las cuestiones internas políticas de la Argentina otro día. Lo expresé en mis redes, así que te pido que me entiendas, por favor. Estamos en un momento muy acá en el Vaticano, con gente del Memorial Papa Francisco, cumpliendo uno de los últimos deseos del Papa Francisco, que era que nos enfoquemos en el envejecimiento y en la salud cerebral. El mundo está envejeciendo, y los países más pobres, de medianos o bajos ingresos, como el nuestro, van a ser los más perjudicados. Podríamos decir que la memoria humana va a ser un lujo para los países ricos. Francisco detectó esto, y nos pidió a un grupo de personas que, a través del Francisco Memorial, hiciéramos un evento. Él iba a cerrar el evento con el discurso final.

Cuando él lanzó este Memorial Papa Francisco, que es una institución para preservar su legado, inició conversaciones para convocar una acción global que promoviera un modelo de longevidad que no solo se limita a extender los años de vida, sino a enriquecernos en términos de calidad. En enero pasado, recibió a las autoridades del Memorial Francisco para comenzar a preparar la declaración que se firmará el sábado, después del simposio que empieza mañana. El Papa Francisco firmó en mano el primer borrador del programa, como una forma de mostrar su total apoyo y compromiso personal a la iniciativa. El memorial se llevará a cabo mañana y pasado en el Vaticano.

Va a haber una gran desigualdad en el mundo, porque la memoria va a ser un privilegio para los países ricos, como mencionaba. Porque los países de medianos y bajos ingresos van a tener más casos de envejecimiento patológico, y no estamos preparados ni tenemos los recursos ni las estrategias para enfrentar este tema, que es tan importante como el cambio climático o las migraciones. Si alguien te pregunta cuáles son los temas mundiales hoy, sin duda son el cambio climático; la inteligencia artificial; el impacto de la tecnología en los humanos y en el trabajo; las migraciones de África a Europa, de América a Norteamérica y las guerras.

No se debía imaginar, cuando construyeron la fecha del 9 y 10 de mayo, que iba a estar en el medio del cónclave, de la elección del nuevo Papa. Si no, no solamente no iba a estar Francisco cerrando este sábado este simposio sobre el envejecimiento. Evidentemente, el gran cambio de la humanidad es el cambio respecto de la edad de la población mundial. Es decir, en los últimos años se agregaron casi 20 años de longevidad respecto de lo que era la vida a comienzo de este siglo. Una sociedad sin crecimiento con crecimiento de la edad y una menor natalidad va a modificar, por ejemplo, todo el sistema de jubilaciones y pensiones— sino también la fuerza laboral. y la discusión sobre si los robots van a terminar sustituyendo la cantidad de trabajadores menos.

Exactamente. Coincido con todo lo que estás planteando. Este es el comienzo porque perdimos al Papa Francisco, pero vamos a continuar su legado. Y uno de sus legados era dar esta batalla, que es una dignidad mayor y una estrategia para enfrentar este envejecimiento que está sufriendo la población mundial, y que la memoria no sea un lujo para los países ricos. Porque, como te contaba, los países de mediano y bajos ingresos van a sufrir más el tsunami del envejecimiento global y de las patologías cerebrales asociadas. Como científico, también te quería transmitir que acá en el Vaticano hay colegas de todo el mundo. No es solo un mitin de salud cerebral porque hay otras sesiones dedicadas a lo interreligioso, a la tercera edad o a los derechos y también hay gente del Banco Mundial, del BID y la Unión Europea.

Me emociona ver a todos los científicos discutiendo cómo el Papa Francisco fue un referente no solo moral, sino científico, en un mundo cada vez con más desinformación, con más agresiones y con más cultura anticiencia. Me emociona ver que Francisco es muy reconocido entre los científicos, y que el Vaticano, en su papado, se convirtió también en una referencia científica seria, basada en la evidencia. Porque él combinó diálogo y empatía con evidencia científica, tanto en el cambio climático como en otros temas, como en el envejecimiento. Así que estoy muy emocionado por ver a colegas científicos de todo el mundo acá y ver que el Vaticano, gracias al Papa Francisco, fue un referente de la evidencia científica.

Facundo Manes
Facundo Manes y el papa Francisco en el Vaticano en 2016

Además, en una época de retorno, podríamos decir, al Medioevo, a la idea de religiones dogmáticas y anticiencia. El ejemplo que se colocaba era el de esa Iglesia con el cardenal Belarmino diciéndole a Galileo que era mentira que la Tierra giraba alrededor del Sol y no viceversa. Te noto muy emocionado.

Sí, la verdad es que el contexto es emocionante. Tuvimos muchos diálogos en estos días con los organizadores, con gente cercana al Papa en el Vaticano y con los científicos. La idea del simposio nació hace seis meses, y en esos seis meses trabajamos en silencio. Seguramente la emoción sea por no poder tener al Papa cerrando el evento como él quería, pero con el desafío de continuar su legado. Me parece que la emoción viene por ahí, por la inmensa responsabilidad que tenemos, sobre todo los argentinos.

Un poco de bronca me da que los argentinos no hemos entendido la dimensión de tener un Papa argentino. Quizás en 2.000 años, Argentina ya no sea un país, o sea otro país, o no exista más el mundo, pero vamos a tener un Papa argentino, y no lo entendimos. La emoción está relacionada con un poquito de bronca por no haber entendido a este hombre que hoy todo el mundo lo reconoce, pero los argentinos perdimos la oportunidad de que nos una y de que nos lleve al futuro con evidencia científica. Espero que ahora, a raíz de su muerte, el legado que él dejó sea tomado por todos nosotros, como país, para de una vez por todas encarar la empatía, la solidaridad y el humanismo.

Venís trabajando el tema de la salud cerebral en la tercera, la cuarta y quinta edad desde hace tiempo. De hecho, INECO entrega un premio al cerebro saludable. El ejemplo que tenemos en la Argentina es el de Mirtha Legrand, que aún trabaja con agudeza, casi con 100 años. El otro ejemplo es el cerebro de Francisco, que a los 88 años funcionaba perfecto cuando lo viste en enero por última vez. Me gustaría alguna reflexión tuya sobre el cerebro de Francisco, para decirlo de alguna manera.

Es una opinión personal. Hoy, cualquiera de nosotros que tenga un chequeo anual, haga ejercicio, tenga una dieta saludable, tenga vida social, que aprendamos cosas todos los días, va a tener una expectativa de vida de alrededor de 100 años. Entonces, esto requiere reinventarse a los 50, 55 o 60. En mi caso, lo hice con la política. No lo hice para reinventarme, pero sin querer, tuvo un efecto también en mi vida porque pude tener otra misión, otros sueños, otra dimensión a mi vida.

A Francisco lo rejuveneció ser Papa. Él fue Papa a los 76 años, y hasta empezó a sonreír mucho más, algo que no se veía mucho en fotos previas en Buenos Aires. No digo que sea fácil ser Papa, pero uno tiene que reinventarse después de los 50 o 60 años porque —si uno no tiene la mala suerte de tener un cáncer raro o un traumatismo— vamos a vivir 100 años. Ni hablar de los chicos que nacen en países desarrollados, que van a vivir más de 100 años. Entonces, el primer concepto de salud cerebral de Francisco es que uno tiene que trabajar hasta el último día. Uno tiene que estar activo y tener un sueño, y en él se vio. Hasta los 76 años, Francisco tenía en una vida en Buenos Aires, y luego encaró otra vida acá y rejuveneció.

El segundo tema es el que me importa de este mitin y es que en esta área de salud cerebral no hay un liderazgo global que lleve este conocimiento fuera de los laboratorios o de los congresos médicos, como lo hay en el cambio climático. En el cambio climático tuvimos, primero, al vicepresidente de Clinton, Al Gore, luego a Greta Thunberg. En otros temas tenemos gente que lidera este proceso. El Papa había aceptado ser el “champion”, como se dice en inglés, de este tema de salud cerebral.

Hoy, con algunas cosas que sabe la ciencia —como hacer ejercicio, comer una dieta saludable, tener vida social activa, aprender cosas nuevas, dormir bien y manejar el estrés— uno puede vivir muchísimo y tener un cerebro saludable hasta el último día. Porque el Alzheimer, que es una enfermedad cuyo principal factor de riesgo es la edad, no es un destino seguro. Se puede reducir el riesgo de demencia y de Alzheimer en un gran porcentaje cuidando la salud. Es una lástima no tener al Papa en lo que viene, pero este es el comienzo de un trabajo que él quería para poner su legado como líder en este tema, y a través de su legado y su liderazgo, llegar a toda la gente alrededor del mundo.

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¿Viste la película “Cónclave”, de la que está en todo el mundo siendo visto en las últimas semanas?

Sí, la vi ni bien salió. Creo que ahora la pusieron nuevamente en los cines, pero yo la vi cuando salió.

Una de las discusiones en el pasado era cómo se veían los últimos años del Papa porque, generalmente, a Papa se llegaba con una edad avanzada, a diferencia de los presidentes de países. Kennedy llegó a presidente con 50 años, pero a Papa se llegaba con más de 70. En “Cónclave” se plantea si el Papa estaba lúcido. En el Vaticano el tema de la longevidad cerebral es aún mucho más importante, porque se trata de una organización en la que se llega al pináculo con una edad muy grande. Más allá del Vaticano, en la política, hoy tenemos un presidente, Trump, que también tiene más de 70 años. ¿Qué analizás de los nuevos líderes mundiales con edades avanzadas? ¿Eso tiene que ver con este proceso de poder mantener el cerebro sano?

Es un muy buen punto. Mucha gente se confunde y piensa que, cuando uno tiene más de 80 años, sí o sí va a tener Alzheimer. Y no: el Alzheimer es una enfermedad, como es la hepatitis para el hígado o el infarto agudo de miocardio para el corazón. Es una enfermedad, pero no toda persona que llega a los 90 o 100 años tiene Alzheimer. Hoy se puede hacer mucho para prevenir eso.

Otro de los factores importantes para cuidar el cerebro es la educación. La educación protege al cerebro, como la nutrición infantil y una adolescencia llena de afectos. Hoy, cuidar al cerebro es cuidar la economía de un país porque la economía del mundo es la unión de lo físico, lo biológico y lo digital. Ya no son más las materias primas. Eso es lo tratamos de decir en Argentina: Argentina no se va a desarrollar, por más que tengamos materias primas y esté bueno tenerlas—, pero Argentina no se va a desarrollar con materias primas. Se va a desarrollar con lo que crean los cerebros de los argentinos.

Cónclave película
“Cónclave” (2024)

Entonces, proteger el cerebro y entender que el cerebro puede vivir, puede estar bárbaro hasta el último día de la vida, aunque sean 90 o 100 años, es un cambio de paradigma que no está muy establecido o asimilado en la sociedad. Parte de este simposio y de este camino que se inicia —porque este simposio va a terminar con una declaración para que las Naciones Unidas haga como una UNICEF de la tercera edad— es que la sociedad entienda que el Alzheimer no es sinónimo de envejecimiento. Uno puede tener un cerebro saludable hasta el último día de la vida, aunque tenga 100 años. A su vez, la riqueza de las naciones está en cuidar lo más complejo que tenemos, que es nuestro cerebro.

Te pido una última visión allí del Cónclave. ¿Qué estás sintiendo?

Sí. Justo estamos parando a dos minutos de la Plaza San Pedro, así que vamos a ir ni bien salga la fumata blanca, a ver al nuevo Papa. Pero lo que yo noto de charlar con mucha gente, con gente que conoce la Iglesia y con muchos italianos, es una gran preocupación que el nuevo Papa siga el legado de Francisco. Creo que tenemos que festejar, en el buen sentido, si el nuevo Papa sigue el legado de Francisco. Es un legado de un humanismo más presente en el mundo, de empatía, de una preocupación por los niños y por los más vulnerables. Si eso prevalece, el legado de Francisco va a haber triunfado.

Por lo que aprendí estos días acá, creo que la gran pregunta no es quién puede tener más chance de ser Papa o no, sino si el nuevo Papa representa la continuidad de Francisco, o si volvemos a una posición más conservadora y antigua de la Iglesia. Eso está en juego, por lo que yo he escuchado, y coincido. Ojalá que sea un Papa que represente la continuidad de Francisco porque la Iglesia, en los últimos años, se ha abierto mucho. Incluso, ha sido un faro científico de evidencia y de la verdad, en un mundo lleno de líderes que usan los poderes para manipular a la gente y para negar el cambio climático y otras cosas que son realmente disparatadas.

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