La ciencia demostró que mantener un buen ritmo al andar puede asociarse con menor deterioro cognitivo y físico.
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard y la Universidad de Duke demostró que la velocidad empleada en caminar puede revelar información profunda sobre el ritmo de envejecimiento del cerebro y el cuerpo. La publicación que salió en la BBC Future, indica que la rapidez con la que una persona se desplaza puede predecir no solo su salud general, sino también su esperanza de vida y el ritmo al que su cerebro envejece.
Los datos sugieren que quienes caminan más despacio presentan cerebros más pequeños y una mayor probabilidad de deterioro cognitivo y físico, incluso desde edades medias.
En ese contexto, Christina Dieli-Conwright, profesora de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, explicó al medio británico que una disminución en el ritmo habitual de marcha suele estar asociada con problemas de salud subyacentes.
“Cuando el ritmo normal de marcha de una persona disminuye, a menudo está asociado con deterioros de salud subyacentes”, afirmó. Entre las causas más frecuentes se encuentran enfermedades crónicas, el sedentarismo y la pérdida de fuerza muscular y movilidad articular.