“Me pedían sedarlo”, declaró Fernando Villarejo, el médico que se presentó como testigo en el juicio en el que están imputados el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, entre otras personas del personal médico.
“Lo que nos pedían era sedar al paciente, Cosachov y Luque me lo estaban pidiendo. Fue difícil esa reunión porque yo me negué específicamente. Me parecía que no era el lugar e hice constarlo”, declaró el médico, jefe de la terapia intensiva de la Clínica Olivos, ante los jueces del TOC Nº3 de San Isidro.
La declaración de Villarejo es clave debido a que es quien estuvo a cargo de Maradona en las horas posteriores a su operación de cabeza.
En esa línea, señaló que los dos imputados le pedían sedarlo, debido a que, según recordó, el astro del fútbol estaba "inmanejable”.
“Se decidió sedarlo. Hubo que ponerle un catéter venoso que no fue fácil porque no se dejaba. Lo tuvimos sedado 24 horas, pero uno sabe que cuando a un paciente se lo seda para revertir un proceso de abstinencia, se requiere un proceso más adecuado, con un horizonte que no se termina en 24 horas", explicó.