En el marco del Día Mundial de la Nutrición, que se celebra el 28 de mayo, se publicó un nuevo informe de la red internacional WIN, elaborado por la consultora Voices! Los trabajos analizaron las respuestas de más de 35 mil personas, unos mil en nuestro país.
Y de ese estudio surge una nueva radiografía preocupante sobre los hábitos alimentarios de los argentinos: es que, aunque se revela una tendencia positiva hacia la reducción del consumo de golosinas y de la llamada “comida rápida”, también disminuye el consumo de alimentos frescos como carne, frutas, verduras y lácteos, especialmente entre los sectores más vulnerables.
Seis de cada diez niños presentan déficit de nutrientes en su alimentación
Según explicó Constanza Cilley, Directora Ejecutiva de Voices! y responsable del estudio en Argentina, “nuestros datos locales revelan una tensión cada vez más marcada entre el deseo de llevar una alimentación más saludable y los condicionamientos económicos que lo dificultan. Si bien encontramos avances en términos de “conciencia” alimentaria, especialmente entre mujeres y personas de mayor edad, también es cierto que la caída en el consumo de alimentos frescos entre los sectores más vulnerables expone un problema estructural. Y esto requiere respuestas urgentes desde las políticas públicas y el acceso a alimentos nutritivos.”
Hallazgos sobre hábitos alimentarios
* En los últimos 12 meses, importantes segmentos de la población mundial han realizado cambios en su dieta. Casi la mitad (45%) dice haber reducido su consumo de comida rápida, un 40% ha disminuido las golosinas, y un 37% ha reducido su ingesta de comida envasada o instantánea. Al mismo tiempo, 4 de cada 10 personas afirman haber incrementado el consumo de frutas y verduras, y un 29% ha reducido la sal.
* En Argentina se registran bajas considerables en el consumo de golosinas (60% señala que las redujo en el último año) y comida rápida (54% disminuyó el consumo), que además son bajas más significativas que las que se encuentran a nivel global.
* Por otro lado, cerca de un tercio de los argentinos mayores de 18 años, afirman haber disminuido el consumo de sal (34%), carne (31%), leches y lácteos y productos bajos en grasas y azúcar (27% cada uno).
Las mujeres argentinas son más propensas a realizar cambios saludables en su alimentación que los hombres, al igual que las personas de mayor edad.
En cuanto a los segmentos socioeconómicos, resulta interesante ver un comportamiento similar en los distintos estratos en cuanto a hábitos de consumo de golosinas, comida rápida y productos envasados.
Sin embargo, en la clase baja se intensifica la disminución en el consumo de alimentos frescos (carne, lácteos, frutas y verduras), mostrando el alto impacto de los costos económicos sobre la alimentación.
EG/EM