COLUMNISTAS
Corrupción y elecciones en CABA

Actuar como casta es ser casta

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Porteños. Ellos, sobre todo en elecciones intermedias, se deciden en la última semana. | NA

Acontecimientos como Ficha Limpia le están comenzando a generar problemas al relato libertario.

En el comienzo eran los puros contra la casta. El cuentito decía que Milei vino a terminar con los vicios de la política. En 2023 habría aceptado el apoyo de la vieja política para vencer al peronismo. Pero hoy las cosas volvieron al comienzo y ambas polarizaciones continúan.

LLA buscando la desaparición del PRO y ambos vs. el peronismo, sobre todo el kirchnerismo. Pero el modo en que el oficialismo hace política lo está obligando a un cambio discursivo.

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La casta no puede continuar como el enemigo a vencer porque el Gobierno cada día se va convirtiendo en casta. Tanto por sus actores como por sus acciones. Qué otra cosa muestra la afiliación de Patricia Bullrich, un personaje que pasó por todos los espacios políticos y cuyo propósito final es escalar posiciones y buscar resaltar su figura para dar un próximo salto. Quiso ser presidenta. Difícil que deje de aspirar a serlo. La ministra es solo un ejemplo de muchos personajes que hace años pululan por la política argentina y hoy se pasaron de bando. No en vano hoy el relato oficial comienza a poner más énfasis en acusar de todos los males al “partido del Estado”.

Allí están el kirchnerismo, el PRO, los periodistas, los empresarios y todo aquel que no piense como el Gobierno. Pero aquí comienza el problema. Hay una parte de sus electores que no compran la idea de Estado inexistente y que votaron a Milei porque creen que hay que terminar con la vieja política. Y están viendo un gobierno que utiliza las mismas artimañas que cualquier político avezado. Si ya el escándalo cripto había tocado la incorruptibilidad del Presidente, el tema Ficha Limpia puede convertirse en otro problema.

Los votantes de Milei segunda vuelta son quienes piensan que la corrupción es el principal problema del país, allí coexiste el núcleo duro mileísta con los votantes del PRO. Pero ahora el PRO está acusando a Milei de querer dejar con vida electoral a Cristina Kirchner boicoteando Ficha Limpia, enviando partidas de dinero al gobierno de Misiones. Por eso la misma noche del miércoles en redes dijeron: “Ganaron los corruptos”.

Milei contesta inexplicablemente, contradiciendo a su jefe de Gabinete, que los votos no estaban y que es propaganda amarilla. Todo esto ocurre a días de la elección en CABA.

Los resultados serán una excelente muestra de hasta dónde llega la credibilidad de “las fuerzas del cielo”. Hasta ahora, las encuestas venían mostrando al PRO retrasado electoralmente. Por historia, los porteños, sobre todo en elecciones intermedias, toman sus decisiones durante la última semana.

Veremos si esta polémica sobre quién quiso sacar rédito político como acusa Milei a Lopesnatto o sobre quién es mentiroso con prácticas corruptas que prende en un electorado apático.

Lopesnatto era un rostro poco conocido, pero lo sucedido la puso en primera plana. Si esta insistiera en sus ataques al Gobierno, estaría ampliando las características de su estrategia electoral. Hasta ahora, los discursos de campaña entre quienes pelean por los mismos votos se circunscribía a un Adorni referenciado en Milei, mientas el PRO alababa el plan económico, pero hacía hincapié en que la elección era sobre legisladores que saben cómo resolver los problemas de la Ciudad.

La corrupción como un eje de campaña, tal como la encaró el PRO, saca la discusión solo sobre los baches de la Ciudad para llevarla a un plano superior. El PRO tiene hora una oportunidad para complicarle la vida al oficialismo nacional. Mientras tanto, del lado del antioficialismo Santoro mira y espera su oportunidad.

* Consultor y analista político.

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