FAdeA inició un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) para reordenar su operatividad, preservar los puestos de trabajo y garantizar su sostenibilidad. La medida, presentada ante el Ministerio de Trabajo de Córdoba, busca evitar decisiones unilaterales de corto plazo y establecer un marco de diálogo con sindicatos y autoridades. Se trata del quinto PPC en la historia de la Fábrica Argentina de Aviones.
Desde la conducción actual aseguran que no se trata de un preludio del cierre, sino de un mecanismo legal para sincerar la situación y reencauzar la actividad de la fábrica. La empresa estatal atraviesa una etapa crítica heredada de gestiones ineficientes, principalmente entre 2019 y 2023, que dejaron una estructura sobredimensionada, una alta dependencia del Estado -el 90% de su facturación-, contratos incumplidos, deudas con proveedores internacionales y severas restricciones operativas. Según la explicación de altas fuentes directivas, la nueva conducción recibió una empresa virtualmente paralizada y con severas limitaciones financieras, a inicios de 2024.
El diagnóstico interno fue categórico: FAdeA funcionaba con una dependencia del 90% de contratos con el Estado nacional, tenía proveedores internacionales bloqueados por falta de pagos anticipados y presentaba un incumplimiento sistemático de compromisos firmados, lo que generó desconfianza operativa y reputacional.
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Entre las medidas aplicadas para revertir esta situación, la dirección impulsó una reducción del 23% en la dotación mediante retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, y un plan de suspensiones hasta diciembre en sectores con baja actividad. Esto permitió reducir los costos salariales en un 30%. Además, se avanzó en la diversificación de clientes, sumando acuerdos con empresas como Aerolíneas Argentinas, Akaer, Flybondi y JetSMART.
Además, durante 2023 la firma perdió la habilitación de la DGAC de Chile para realizar mantenimiento en aeronaves comerciales de ese país, lo que redujo aún más su ya limitada capacidad de generación de ingresos fuera del circuito estatal. A esto se sumó una estructura con casi mil empleados, muy por encima del nivel de actividad real.
A pesar de estos avances, la falta de contratos vigentes con el Estado, producto del cierre de auditorías por incumplimientos previos, afectó de forma directa la liquidez de FAdeA. Se realizaron pagos parciales de salarios y se dispuso una suspensión temporal de actividades entre el 11 y el 14 de mayo por razones de seguridad, tras incidentes ocurridos en planta.
Actualmente se encuentra en marcha una capitalización de la empresa que permitirá gestionar financiamiento en el mercado para apuntalar el giro productivo. “No empujemos a esta gestión a declarar la fábrica inviable”, advirtió uno de los directivos, que insistió en que el PPC es un paso para “ordenar la casa” y evitar la disolución, en un contexto donde el pasivo ronda los 70 mil millones de pesos.
Una crisis de liquidez que tocó el salario de los trabajadores
La situación financiera de la empresa escaló en las últimas semanas. La falta de contratos vigentes con el Estado debido al proceso de revisión y auditoría de convenios firmados en gestiones anteriores provocó una fuerte caída en los ingresos. Esto derivó en pagos escalonados de salarios, con un primer depósito del 30% el 8 de mayo, un refuerzo de $500.000 el 9 de mayo para el personal no jerárquico y la cancelación total el día 14. Según los directivos, esto se logró gracias a aportes extraordinarios del Tesoro nacional y a la expectativa de inyección de fondos a partir de la regularización de contratos con el Ministerio de Defensa.
Ese mismo 9 de mayo, incidentes ocurridos dentro de la planta (movilizaciones gremiales con situaciones de tensión) obligaron a una suspensión temporal de actividades por 72 horas para proteger bienes estratégicos, aeronaves militares y despachos para Embraer. La medida, tomada según estándares de seguridad de la OACI, no afectó los salarios.
La apuesta de la nueva conducción
En paralelo, el 8 de mayo se realizó una Asamblea Extraordinaria para avanzar con un proceso de capitalización que permitiría a la empresa acceder a líneas de crédito productivo en el mercado financiero. Aunque se estableció un cuarto intermedio de 30 días para definir su instrumentación, desde la conducción sostienen que esto será clave para oxigenar el flujo de caja y reactivar operaciones.
“En estos 75 días de gestión logramos hitos productivos, reactivamos líneas paralizadas, firmamos nuevos memorandos y estamos muy cerca de cerrar contratos con el sector privado que antes eran impensados”, expresaron desde la presidencia de FAdeA. "La empresa no es inviable, pero necesita orden, realismo y consensos. Este proceso busca eso. No estamos empujando al abismo, estamos poniendo los pies en la tierra", resumió uno de los altos directivos, con oficinas en el pabellón 1 de la planta cordobesa.
Entre los argumentos presentados ante el Ministerio de Trabajo figura la situación patrimonial crítica, con un rojo acumulado de más de 70 mil millones de pesos, que podría configurar causal de disolución si no se avanza en una solución estructural. La expectativa es que, una vez firmados los nuevos contratos con Defensa y cerrados los acuerdos privados, la empresa pueda financiarse con crédito y dejar atrás la lógica de la emergencia permanente.
“Hay un mercado de 20 a 25 mil aeronaves de fuselaje angosto como los 737 y Embraer que van a necesitar asistencia técnica. Y hoy solo hay un lugar en la región que puede responder a esa demanda: FAdeA”, subrayó el presidente de la empresa, quien anticipó que firmará los nuevos contratos y luego dejará su cargo. "No vine a hacer carrera política, vine a ordenar", remató.
Desde la gestión actual destacan que la empresa logró reactivar líneas productivas y recuperar habilitaciones clave en apenas 75 días. A futuro, proyectan cerrar nuevos acuerdos con firmas privadas para ampliar la cartera de clientes y avanzar hacia un modelo más competitivo y autosustentable.