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MESA CHICA / INTENDENTES

Rambaldi: “Milei no me tira un mango, pero me ordena la gestión porque me da previsibilidad”

El intendente de La Calera habló sobre su gestión, la relación con Nación y Provincia, y su lucha contra las casillas de peaje. Defendió el rumbo económico de Milei y proyectó obras e inversiones para su ciudad.

Fernando Rambaldi, intendente de La Calera
Fernando Rambaldi, intendente de La Calera | La Calera

El profe de historia tucumano de 45 años asumió como intendente de La Calera de la mano de un frente electoral donde se juntaron vecinalistas, juecistas, algunos radicales y dirigentes del PRO. El primer año de gobierno fue durísimo, pero Fernando Rambaldi logró acomodar el barco y navega en aguas un poco más calmas.

En ‘Mesa Chica’ analizó el impacto de las políticas nacionales en la economía local y planteó una defensa del rumbo macroeconómico actual, aunque admitió que “la micro todavía no lo siente”. Es uno de los pocos jefes municipales que se animó a lanzar algunas definiciones políticas en la provincia de cara a octubre.

Con un estilo pragmático, Rambaldi sostuvo que su gestión se basa en “casarse con todo lo que les sirve a los vecinos”. Uno de los puntos más álgidos fue el conflicto por las casillas de peaje, que considera “una locura” para los vecinos que no tienen otra alternativa de traslado: “hay familias que pagan hasta 100 mil pesos por mes en peaje”. Además, no dejó pasar la oportunidad para disparar munición gruesa a las gestiones anteriores. “Cuando no se roba, la plata alcanza”, sostuvo, añadiendo que al momento de asumir “pensábamos que no llegábamos a pagar sueldos y hoy tenemos superávit”.

-Luego de las elecciones porteñas, ¿es exagerado decir que en Córdoba los demás partidos políticos van a terminar peleando por el segundo lugar?
-Creo que los resultados hablan, más allá de lo que yo pueda opinar. La gente lo está considerando y brinda apoyo en las urnas a un rumbo económico que tiene el dólar equilibrado, la inflación controlada y donde se empiezan a ver señales de reactivación, que es algo que todos añoramos. Como intendente, debo decir que, si bien en Nación atienden el teléfono y conversamos, no te bajan un peso, aunque el hecho de tener una economía acomodada te da mucha previsibilidad y te ordena la gestión. En Caba tenían un candidato muy conocido, con una exposición muy alta y fue apoyado fuertemente por el gobierno nacional, algo que acá en Córdoba La Libertad Avanza no tiene.

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-¿Le falta una figura relevante en Córdoba a LLA? Hoy es más fuerte la marca que alguna figura.
-Sí, efectivamente. En Buenos Aires se sumó la marca y el candidato y en política eso es muy importante. Los partidos políticos han entrado en una crisis muy profunda y por ahí se mete La Libertad Avanza y empiezan a asomar más las personalidades, lo que da lugar al travestismo político y sin ningún tipo de problema van saltando el charco. Vamos a ver qué hacen las “figuras” en Córdoba.

-Me quedo con la frase que dijo hace un ratito: “Milei no me tira un mango, pero me ordena la gestión porque me da previsibilidad”. ¿Así lo está viviendo?
-Sí, tal cual. Cuando asumí en diciembre del 2023, tenía una inflación del 26% mensual. Tenía que sentarme con el gremio, con proveedores, planificar un gobierno donde no tenía ningún tipo de proyección hacia dónde íbamos y no sabíamos si al mes siguiente teníamos un 50% de inflación o si dolarizaban. Era realmente complicado. En un municipio mediano como el nuestro, el séptimo más grande de la provincia, es un gran alivio saber qué va a pasar de acá a seis meses, tener la economía en un nivel de tranquilidad, con cierto ordenamiento general.

-Intendente, se está destiñendo: de verde vecinalista a violeta…
-(Risas) Un verde con naranja a un violeta... No, trato de ser lo más honesto posible. Si hablo eso del gobierno nacional, también puedo decir que con el gobierno provincial tengo una excelente relación y sí bajan fondos, no los que deberían, pero sí tenemos un excelente diálogo. Se puede gestionar a la par y lo agradezco mucho. Cada uno vende, por así decirlo, su forma de gestión, su forma de gobierno y yo me voy casando con todo aquello que les sirve a mis vecinos, porque a mí me votaron para mejorar la vida de los calerenses.

Casillas del peaje, la lucha eterna

Rambaldi aclara que los márgenes por donde se mueve su gestión siguen los lineamiento y valores de “Encuentro Vecinal”. Llevar adelante una plataforma partidaria a partir de una alianza con otras fuerzas algunas veces genera rispideces. Aunque “todo se resuelve con diálogo”, asegura el mandatario.

-La semana que viene se va a realizar en La Calera la segunda reunión ciudad-provincia y vecinos para definir el tema peaje.
-Fueron muchos años de lucha. Primero, porque los intendentes anteriores fueron los que permitieron poner el peaje en la ciudad. Nosotros tuvimos que ganar una elección, poner el tema sobre la mesa a partir de realizar manifestaciones mensuales para poder llegar a esta mesa de diálogo, la cual celebro y agradezco. Como toda mesa de diálogo las partes van a tener que ceder. No podemos seguir teniendo familias que pagan 100.000 pesos por mes de peaje. Es una locura.

-¿Le molesta el término “ciudad dormitorio”?
-Sí, mucho. No me gusta. Si bien de alguna manera La Calera es un poco eso, nosotros hemos lanzado una plataforma que se llama “Viví La Calera”, desde donde queremos promocionar todo lo que tiene nuestra querida ciudad en cuanto a turismo, gastronomía, y lo empresarial. Es un problema lo de “ciudad dormitorio”, porque le quita identidad a la ciudad. Queremos romper esa idea para que la gente no pierda entre 30 y 40 minutos para ir a Córdoba.

-Imagínese que estamos en diciembre: ¿qué cosas habrán recibido los calerenses?
-Estabilidad, transparencia y gestión. Hasta cuando entramos en el 2023, la previsión que teníamos después de analizar los números era que entre mayo y abril no íbamos a tener plata para pagar los sueldos. Entrábamos en default. Hoy tengo una economía ordenada, un municipio saneado con un parque automotor completo y hasta tengo superávit. Cuando no se roba la plata, alcanza. Por ahí todavía no logro llegar a todos los barrios, porque me ha llevado casi un año y medio ordenar el desastre que encontramos. Pero la proyección es muy buena. Lo que les hemos regalado, como equipo de trabajo, es esperanza a la gente.

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-¿Inversión privada o pública?
-Se viene lo mejor en la ciudad de La Calera. Se vienen obras, crecimiento, inversiones millonarias, nuevos colegios. Se viene una ciudad que va a estar a la altura de las grandes de Córdoba, porque somos de las ciudades grandes, sin dudas.

El profe tucumano

Sus padres se conocieron en Córdoba: él estudiaba medicina y ella abogacía. Tras casarse, se fueron a vivir a Tucumán y regresaron cuando el pequeño Fernando “tenía unos 7 años, si mal no recuerdo”.

-¿Volvió a dormir tranquilo?
-He vuelto a dormir tranquilo. Qué pregunta acertada. El año pasado fue tremendo. Fue estar con la manguera de bombero apagando incendios todo el tiempo. En algunas ocasiones de manera literal porque tuvimos incendios que se nos metieron hasta en los barrios. Este año, con un equipo más asentado y la economía ordenada, uno puede dormir más tranquilo. Es literal: el año pasado algunas veces me despertaba a la noche y empezaba a anotar cosas. Fue una locura, pero una locura linda cuando uno empieza a ver que las cosas salen.

-Y su esposa ¿qué le dice?
-Es una santa, me aguanta. Nos conocimos hace tiempo en un grupo de iglesia al cual seguimos perteneciendo.

-¿Hay alguna acción, alguna comida, algo que ella hace que logra sacarlo un poquito del foco de los problemas y concentrarse un poquito más en la familia?
-Puede llegar a sonar una tontera, pero “Belu” tiene la capacidad de que cuando llego te sonríe, te abraza y con eso es suficiente. Una de sus grandes virtudes es la alegría. Y cuando uno vuelve atribulado de la locura que es la gestión, de tener que ordenar este desastre que nos dejaron, encontrar la paz en tu familia, en tus sobrinos, no tiene precio. No tenemos hijos, pero tenemos 28 sobrinos. Tengo mucha familia en Calera, los cinco varones vivimos acá. La familia, y para mí la religión como católico que soy, son siempre el refugio. Sin dudas.

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