En diálogo con Canal E, la economista Anahí Rampinini trazó un panorama crítico sobre la competitividad argentina, la relación con Estados Unidos y China, y la escasa inclusión femenina en la industria.
Competitividad argentina: una situación "muy delicada"
“La competitividad hoy por hoy en Argentina es muy delicada”, adviértela entrevistada. La economista e investigadora del CONICET explica que el problema principal es la apreciación del tipo de cambio: “Esto genera complicaciones sobre todo para los bienes industriales que no están sometidos a un precio internacional”.
Rampinini remarca que incluso tras la fuerte devaluación impulsada por la gestión de Javier Milei, el problema persistió: “Aún en ese momento, con devaluación, seguía siendo complicada la competitividad por la alta inflación”.
Con un tipo de cambio apreciado y precios internos en alza, los costos argentinos son elevados en comparación internacional. “Cualquier persona que viaja afuera lo nota: estamos caros en términos internacionales”, resume.
La relación con Trump: ¿oportunidad o riesgo?
Consultada sobre el vínculo entre el gobierno argentino y Donald Trump, Rampinini señala que puede aportar estabilidad a corto plazo, pero advierte sobre sus límites: “Lo que genera es un mejor posicionamiento para obtener mayores fondos y mantener cierta estabilidad cortoplacista”.
Sin embargo, cuestiona los riesgos estructurales de esta estrategia: “Si esta plata se esfuma, nos deja con mayor deuda y mayor condicionamiento hacia lo que Trump quiera hacer”. Desde una mirada heterodoxa, alerta: “Esta estabilidad, o este verano, lo vemos como una situación de alerta”.
Exportaciones en peligro por la recesión mundial
Uno de los focos de preocupación más fuertes para Rampinini es el impacto de la recesión global sobre las exportaciones argentinas: “Nosotros necesitamos dólares para sostener la economía, y la recesión afecta tanto los precios relativos de lo que exportamos como de lo que importamos”.
Si bien reconoce una reciente mejora en los términos de intercambio, destaca que esta mejora fue coyuntural. “Mejoramos los precios de exportación por sobre los de importación, pero fue por el impacto de la recesión sobre bienes de mayor valor agregado”, explicó.
China vs. EE.UU.: la oportunidad que Argentina no aprovecha
Rampinini cree que la disputa tecnológica entre China y Estados Unidos podría ser una oportunidad estratégica para Argentina. “Lo que hay es una disputa por quién va a producir bienes tecnológicos. Estados Unidos bloquea productos chinos, y eso Argentina podría usarlo a su favor”.
Sugiere que una alianza estratégica con China permitiría a Argentina convertirse en un eslabón clave: “Con cooperación internacional, podríamos elaborar valor agregado con nuestras materias primas y ser un mercado de destino de bienes bloqueados en EE.UU.”
Sin embargo, considera que el actual gobierno no está en condiciones de capitalizar esas oportunidades: “No creo que este gobierno las tome”.
Inclusión de mujeres en la industria: rezago persistente
Finalmente, Rampinini abordó el rol de la mujer en la industria y el Estado: “Todavía estamos rezagadas. Ese lugar siempre está muy reservado a puestos masculinos”.
Pese a que en sectores como la investigación científica hay mayor presencia femenina en niveles iniciales, la desigualdad persiste en los cargos de mayor jerarquía: “En los últimos escalafones, siempre está más cooptado por hombres”.
Sobre si la inclusión de mujeres mejora la productividad, fue cauta: “La respuesta es más sociológica, pero intuyo que las mujeres pueden aportar capacidades sociales, perceptivas y empáticas que suman a la gestión”.
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