En diálogo con Canal E, el especialista Mariano Ghirardotti celebró el régimen impositivo impulsado por Santa Fe y alertó sobre el escenario crítico que enfrenta la industria nacional en el contexto de apertura comercial.
Reducción impositiva: la clave para subsistir
“Hoy tienen que empezar a competir con productos importados que son más baratos”, explicó elentrevistado, al analizar el contexto económico que enfrentan las empresas argentinas. En ese marco, consideró fundamental la política aplicada por Santa Fe: “El beneficio es importante porque permite reducir costos tributarios que hoy son muy relevantes”.
El régimen ofrece exenciones en Ingresos Brutos, Impuesto a los Sellos e Inmobiliario para industrias nuevas o que amplíen su producción. “En una empresa donde los márgenes se reducen mucho, un 5% sobre la facturación puede significar el 100% de la utilidad. Es vital”, enfatizó.
Santa Fe como modelo para el resto del país
Ghirardotti sostiene que esta política podría contagiar a otras provincias: “Espero que sea un ejemplo. Esto puede generar empleo y que las industrias se muden donde hay condiciones fiscales más favorables”.
Aunque Buenos Aires y Chaco han iniciado medidas similares, aún son limitadas: “En Buenos Aires hay algo para desarrollos industriales y Chaco bajó Ingresos Brutos de forma general, pero no fue específico para la industria”, aclaró.
Para el experto, si se quiere evitar la destrucción industrial frente a la apertura de importaciones, “más provincias van a tener que plantear regímenes que ayuden a la subsistencia de la industria”.
Exenciones: una práctica común en el mundo
“Preservar la industria es algo que ocurre en muchos lugares del mundo”, apuntó Ghirardotti. Mencionó ejemplos como Francia, donde se subsidia al agro, y recordó que Argentina también tuvo políticas similares en décadas pasadas.
Sin embargo, advierte sobre los errores cometidos: “Se dieron abusos y faltó control. Los regímenes anteriores involucraban impuestos nacionales y generaron transferencias a fiscos extranjeros”. Ahora, con impuestos provinciales como Ingresos Brutos, Sellos e Inmobiliario en la mira, Ghirardotti no duda: “Son impuestos anacrónicos que deben eliminarse”.
Especialmente crítico con Ingresos Brutos, lo calificó como “el peor impuesto que hay en Argentina”, por no gravar una verdadera capacidad contributiva: “Puedo estar perdiendo plata e igual tengo que pagar”.
Una industria golpeada y preocupada
Consultado sobre el ánimo de los empresarios, Ghirardotti fue contundente: “Están todos muy preocupados”. La apertura de importaciones sin una reducción previa de impuestos pone a las empresas en una situación crítica: “La destrucción llega más rápido que la reconversión”.
Además, el entrevistado contó el caso de un cliente que fabrica teclas de luz y no puede competir con productos chinos que llegan a un cuarto del valor. “La fábrica está completamente equipada, pero si entran esas importaciones, quedan fuera del mercado”, relató.
El desafío: eficiencia frente a un gigante
Ghirardotti no descarta la apertura comercial, pero advierte sobre sus riesgos si no se planifica: “Poner a competir una economía como la nuestra contra China sin más análisis es imprudente”.
Para sobrevivir, las industrias deben volverse más eficientes: “Tienen que revisar impuestos, estructura laboral, logística, hacer más planificación tributaria. Eso es positivo, pero es una pelea desigual”.
Al finalizar, el entrevistado agregó: “Es un peso liviano luchando contra un peso pesado. Y las posibilidades de subsistencia se ven complicadas”.