El Ministerio de Economía lanzó un nuevo bono con el que buscará sumar USD 1.000 millones a las reservas del Banco Central. Se llama Bonte y tiene como inversor objetivo a extranjeros que busquen aprovechar las altas tasas en pesos argentinos. Aún con el riesgo país en zona de peligro, se trata de una vuelta parcial a los mercados internacionales con el fin de dar una señal clave: el Gobierno apunta a perpetuar el dólar barato y, si algo se descarrila del plan, los inversores tienen un salvoconducto en 2027. Justo cuando las elecciones pueden cambiar el color político en la Casa Rosada.
El nuevo título es de tasa fija de largo plazo, con vencimiento al 30 de mayo del 2030, y de suscripción en moneda estadounidense con amortización completa en pesos. Cuenta con un seguro de recompra (put) a dos años, meses antes de los comicios presidenciales. El Tesoro licitará un máximo del equivalente en pesos a USD 1.000 millones el próximo miércoles 28 de mayo. Según distintos analistas, la tasa podría estar entre el 25% y el 30% anual.
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Oferta a inversores extranjeros y el "put" como pieza clave
El instrumento ya era un secreto a voces desde hace semanas en la City porteña, que apuntaban a un “peso linked”, una suerte de variante del “dollar-linked”, que está atado a la evolución del tipo de cambio oficial. Pero es distinto, porque finalmente el Bonte se comprará y pagará en moneda local, un “hard pesos”. Por esos días, el viceministro de Economía, José Luis Daza, salió de gira por Washington a vender la novedad y contar cómo, a través de la herramienta, se puede acceder a una de las tantas formas de hacer carry trade. Es que, tal como contó PERFIL, ofrece un “atajo” para que inversores del exterior accedan a los bonos argentinos en pesos sin trámites más engorrosos y aprovechen el diferencial de tasas y la estabilidad del dólar cerca del piso de la banda de flotación.
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El gancho definitivo fue el put de salida anticipada que incluye el bono. Agentes del mercado consultados por este medio coincidieron en que la tasa del bono, con término en una próxima administración, era un factor que podía desalentar la demanda, por la posibilidad de que las presidenciales del 2027 cambiaran el rumbo político y dejaran de garantizar un escenario de tipo de cambio estable. En cambio, las expectativas de una devaluación (o un salto brusco del tipo de cambio) borrarían por completo las ganancias del bono.
“Es una forma de acumular reservas sin hacer compras en el mercado oficial, ratificando lo que vienen haciendo”, indicó Mateo Reschini, Head of Research de Inviu. “Está claro que buscan mostrar que no van a devaluar”, planteó el socio de Delphos Investment, Santiago Lopez Alfaro.
Vuelta "parcial" a los mercados internacionales
El titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo, celebró en sus redes la “vuelta a los mercados internacionales”. “Argentina vuelve a ganar acceso a los mercados internacionales para refinanciar Capital de deuda en moneda local. Algo que la gran mayoría de los países hacen con normalidad, pero que para Argentina no era posible, dado el descalabro económico heredado. Producto de ello, fue que el año pasado el Banco Central pudo acumular solo un porcentaje menor de las compras récord de dólares que hizo en el mercado, ya que hubo que pagar no sólo los intereses, sino también el capital de los vencimientos de deuda”, escribió.
Con el riesgo país en la zona de los 600 puntos básicos, en realidad se trata de una vuelta parcial. “La vuelta definitiva será cuando el Gobierno pueda emitir deuda en dólares”, explicó a este diario el economista Federico Machado. “El riesgo país no baja porque el mercado ve que no acumulan dólares. No pueden acumular dólares porque no pueden salir al mercado internacional a renovar la deuda. Entonces para romper ese círculo vicioso encontraron esta tangente, para mostrar capacidad de repago de los bonos en dólares”, detalló.
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La alternativa de emitir pesos
Según aclaró Economía, la licitación del miércoles busca renovar el 100% de vencimientos por $8,55 billones. Un tope que en el mercado trajo dudas respecto a qué pasaría si quedan títulos por fuera del rollover; es decir, cómo se pagarían si es que los USD 1.000 millones se convierten al tipo de cambio oficial y no se llega a cubrir la totalidad. Una de las posibilidades es utilizar los pesos que el Tesoro tiene en la cuenta del BCRA y que significa emitir pesos, la máxima prohibida por el presidente Javier Milei.
Es la estrategia que utilizó Finanzas en el último tiempo y que, de acuerdo a cálculos de la consultora Eco Go, requirió una emisión de pesos de 9,8 billones desde agosto 2024. Fuentes de Hacienda confirmaron a PERFIL que el equipo económico está dispuesto a usar la herramienta.
AM/ML