La incorporación de la inteligencia artificial en la educación primaria y secundaria ya es una realidad en varios países, y Argentina comienza a dar sus primeros pasos.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con Sebastián Di Doménica, especialista en Inteligencia Artificial, quien comentó que “hay países que se lo están tomando muy en serio, como Corea del Sur, Finlandia y Estonia”, al explicar cómo la inteligencia artificial (IA) está siendo incorporada de forma estructural en los sistemas educativos de distintas partes del mundo.
China será uno de los casos más avanzados: “A partir de septiembre de 2025 va a incorporar como obligatorio a la inteligencia artificial en los organigramas, desde los 6 a los 15 años”, detalló. Este enfoque busca desarrollar competencias tecnológicas desde edades tempranas, algo que también se empieza a ver en algunas escuelas de Estados Unidos, aunque de forma más descentralizada.
Primeros pasos en Argentina
En el plano local, Di Doménica reconoció que “Argentina todavía no tiene un programa concreto e integral para llevar la inteligencia artificial a las escuelas”, aunque destacó algunas iniciativas puntuales. Mendoza, por ejemplo, utiliza IA para reducir la deserción escolar, mientras que la Ciudad de Buenos Aires busca personalizar contenidos educativos mediante sistemas inteligentes.
“Muchas veces lo más interesante que tiene la inteligencia artificial para aportar en el contexto educativo es que permite nivelar a los estudiantes”, subrayó. Herramientas como tutores virtuales pueden ayudar tanto a quienes se atrasan como a quienes necesitan desafíos adicionales.
Uso cotidiano e improvisado
Pese a la falta de un marco oficial, la IA ya forma parte de la vida diaria de alumnos y docentes: “Todos usamos inteligencia artificial, lo que falta es una estrategia educativa que la incorpore con sentido pedagógico”, señaló.
El especialista alertó sobre un riesgo creciente: “Si no se educa en el uso de la inteligencia artificial, se corre el peligro de perder capacidades esenciales, como el pensamiento crítico”. Según Di Doménica, el peligro no es solo que los alumnos hagan las tareas con ayuda de IA, sino también que los docentes deleguen funciones clave.
El rol del pensamiento crítico
Una de las mayores preocupaciones está en cómo evitar que el uso de IA debilite la capacidad de análisis: “Nosotros tenemos que tener una mirada crítica de las cosas”, remarcó. La relación humana, el debate, y el desarrollo de ideas propias deben seguir siendo parte del proceso educativo.
Por eso, insistió en que la IA debe ser una herramienta para mejorar la enseñanza, no para reemplazarla: “La inteligencia artificial bien utilizada va a ser una herramienta maravillosa para mejorar el proceso educativo”, aunque si se aplica mal, puede desvirtuarlo.
Desafíos: capacitación docente y brecha digital
Para que la IA funcione como aliada en el aula, los docentes deben estar preparados: “La clave va a ser que los docentes estén capacitados en el manejo de estas herramientas”, dijo. La formación continua será esencial para adaptar contenidos y métodos.
También existe un obstáculo estructural: “En un país como Argentina, la brecha digital es un punto clave”, advirtió. La falta de acceso a dispositivos y conectividad puede profundizar desigualdades. “La inteligencia artificial requiere de conocimiento, pero también de dispositivos”, remarcó.
Di Doménica cerró con un llamado de atención: “Es sí o sí necesario que en los recorridos educativos de todos los niveles la inteligencia artificial empiece a formar parte”.