El economista Pablo Ferrari, en diálogo con Canal E, analizó el intento del gobierno de habilitar el uso libre de dólares sin controles, calificándolo como un “negreo” y no un blanqueo.
“El CEPO, la Administración Cambiaria, el blanqueo son hijos de la restricción externa”, explicó el entrevistado al comenzar su análisis sobre las nuevas medidas que intentan habilitar operaciones en dólares sin necesidad de justificar su origen. Para el economista, el contexto actual responde más a necesidades políticas que económicas: “El blanqueo reciente, que juntó aproximadamente 23.000 millones de dólares, no alcanza para sostener este modelo. Y tampoco el nuevo endeudamiento con el FMI”.
Según Ferrari, el problema central no es solo la magnitud de los fondos que se buscan movilizar, sino el mecanismo en sí: “Esto no es un blanqueo, es un negreo. Pasamos a una situación donde no hay que declarar, no se sabe de dónde viene el dinero”. En su visión, esto abre la puerta a maniobras peligrosas: “Somos todos potenciales Pablo Escobar que pueden comprar lo que quieran”.
Riesgos para la reputación financiera internacional
Ferrari también alertó sobre las consecuencias internacionales de estas medidas. Ante la pregunta sobre si esto podría llevar a Argentina a ingresar en una lista negra de la GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), respondió: “Puede ocurrir. Argentina ya está en un listado gris y esto podría empeorar la situación”.
Sin embargo, introdujo un matiz geopolítico: “El GAFI es una institución transnacional, hija de un proceso de globalización, y hoy todas estas instituciones están en discusión a partir de las políticas de Trump”. Aun así, advierte que el desprecio por estos organismos podría tener efectos secundarios peligrosos en términos de legitimidad y acceso al crédito internacional.
FMI, errores de diagnóstico y desinformación
Consultado sobre las recientes declaraciones del Fondo Monetario Internacional respecto a los supuestos 200.000 millones de dólares que los argentinos tendrían “bajo el colchón”, Ferrari se mostró escéptico: “Uno no tiene certeza de qué se habló exactamente, pero si uno lee los trabajos del FMI, son verdaderamente muy pobres desde el punto de vista teórico y de investigación”.
Para el economista, el problema no pasa tanto por lo que espera el FMI respecto de los activos argentinos, sino por una desconexión con la realidad: “No todo se puede analizar en función de tasas y tipos de cambio. Hay que observar tensiones más profundas, como las que existen hoy en torno al Polo Norte, o las concesiones geopolíticas como la cesión de la Antártida”.
Por otra parte, Ferrari enmarcó estas medidas dentro de una estrategia desesperada de cara a las elecciones: “Evidentemente, hay un camino sinuoso hacia octubre”. Para él, más que una medida económica, se trata de una jugada política riesgosa: “No se trata solo de liberar dólares, sino de habilitar una economía paralela sin control ni transparencia”.