La economía estadounidense se contrajo un 0,3% en el primer trimestre de 2025, según datos publicados por el Departamento de Comercio de EE.UU. Esta caída, la más pronunciada desde el primer trimestre de 2022, contrasta con las expectativas de crecimiento del 0,4% que anticipaban desde la Casa Blanca.
Uno de los factores determinantes de esta contracción fue el significativo aumento en las importaciones, que crecieron un 41,3% en el período analizado. Este incremento extraordinario se debió principalmente a que empresas estadounidenses adelantaron sus importaciones para evitar las nuevas tarifas arancelarias implementadas por el gobierno del presidente Donald Trump. El resultado fue una reducción de 4,83 puntos porcentuales en el cálculo total del Producto Interno Bruto (PIB).
Donald Trump reduce los aranceles a los automóviles para aumentar la producción norteamericana
La administración Trump ha hecho de las tarifas arancelarias una parte esencial de su agenda económica, argumentando que protegerán empleos y fortalecerán el sector manufacturero nacional. Sin embargo, esta política está generando preocupación en distintos sectores económicos. Líderes empresariales, entre ellos los CEOs de American Airlines, PepsiCo y Procter & Gamble, señalaron que la incertidumbre generada por las medidas arancelarias está complicando seriamente su planificación operativa y creando inquietud entre los consumidores. Por su parte, General Motors suspendió sus previsiones de ganancias para 2025 debido a las tarifas aplicadas a la industria automotriz.
A pesar del impacto negativo de las importaciones en el cálculo del PIB, los datos muestran señales positivas en otros aspectos. Por ejemplo, el gasto de consumidores y empresas, medido por las ventas finales a compradores domésticos privados, aumentó a un ritmo anual del 3%. El consumo personal creció un 1,8%, aunque mostró una marcada desaceleración frente al 4% del trimestre anterior.

La situación actual, marcada por la tensión comercial y la volatilidad económica, afecta también a mercados internacionales como Argentina. La incertidumbre global generada por políticas proteccionistas suele impactar en economías emergentes como la argentina, aumentando la volatilidad financiera y dificultando el acceso a mercados internacionales de crédito.
En conclusión, aunque ciertos componentes internos de la economía estadounidense muestran solidez, las políticas arancelarias están generando preocupación respecto a sus efectos en la estabilidad económica tanto local como internacional.
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