Desde la llegada de Javier Milei al poder, las usinas oficialistas se encargaron de propagar que el "ajuste más grande de la historia de la humanidad" tenía su piedra angular en el recorte del gasto público y la reversión del déficit fiscal hacia un superávit financiero. Si bien el Gobierno logró estos dos últimos objetivos, un informe privado plantea dudas respecto a la sostenibilidad del plan y los mantras que repite el equipo económico en relación con la actividad económica, la deuda pública y la expansión monetaria, entre otros temas.
Titulado "El recorte más grande desde el Australopithecus hasta la fecha", el análisis del centro de estudios DEMOS trata de desmontar los "mitos" del relato libertario en torno a la política económica. El trabajo se sintetiza en cinco puntos bien definidos.
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Los "mitos" del ajuste de Milei según DEMOS
- El recorte no lo sufrió la casta: En enero de 2024 se logró un superávit mediante una fuerte licuación del gasto tras la devaluación de diciembre. Para marzo, el gasto real cayó un 27% interanual. El ajuste se centró en prestaciones sociales (-18%) y obra pública (-78%).
- Caída de la recaudación: En el marco del ajuste, los ingresos fiscales también bajaron un 5% en términos reales, reflejando una contracción de la actividad económica y desmintiendo la hipótesis oficial de “reemplazo” del gasto público por mayor dinamismo privado.
- Actividad económica en retroceso: Sectores clave como manufacturas, comercio y construcción registraron fuertes caídas interanuales en 2024 (-9,2%, -17,7% y -7,3% respectivamente). Solo los sectores financiero e inmobiliario, de carácter rentístico, mostraron crecimiento.
- Crecimiento de la deuda pública en pesos: Contrario al relato del fin del endeudamiento, la deuda en pesos evaluada en dólares (CCL) aumentó en US$ 97.000 millones. El Estado emitió deuda para sostener la revalorización del peso, pagando altas tasas en dólares.
- Expansión monetaria encubierta: A pesar del relato anti-emisión, el agregado monetario M3 (en pesos remunerados) también creció en dólares (+US$ 63.000 millones), sin respaldo equivalente en reservas internacionales.
En primer lugar, los analistas de DEMOS remarcaron que el verde en las cuentas fiscales que consiguió la administración nacional "no se corresponde con un fortalecimiento genuino de la economía" sino que "se logró a costa de un ajuste social regresivo, un freno a la inversión pública y una reactivación económica muy acotada, concentrada en sectores especulativos".
"Paralelamente, se asiste a un fuerte endeudamiento en pesos y expansión monetaria, lo que contradice el discurso oficial y pone en duda la sostenibilidad del modelo. A comienzos de 2024 los gastos cayeron estructuralmente licuados por la devaluación del 13 de diciembre y sólo se recuperaron parcialmente para ubicarse finalmente un 27% por debajo del año anterior", graficaron.
Más allá de la poda de las erogaciones estatales, los ingresos también experimentaron un retroceso, aunque en una medida mucho menor: 5% en términos reales en la comparación con 2023. Según los autores del reporte, la merma de los recursos que ingresaron en las arcas públicas es un fiel reflejo de la contracción económica.
Al mismo tiempo, se destaca que el 34% del ajuste recayó sobre las prestaciones sociales que se contrajeron un 18% en términos reales mientras que los gastos de capital (obra pública) representaron el 22% del recorte, con un desplome del 78%, una virtual paralización.
En tal sentido, el análisis considera que, a contramano de la narrativa oficial del traspaso de recursos del Estado hacia el sector privado, la retracción del gasto público "no supuso una recuperación de la actividad privada y las tendencias no auguran una recuperación a gran velocidad en 2025".
Entre los ejemplos de rubros azotados por la recesión, que se sintió con fuerza en el primer trimestre de 2024, enumera a manufacturas, comercio y construcción, que retrocedieron -9,2%, -17,7% y -7,3% respectivamente. Por el contrario, se vieron favorecidos servicios financieros e inmobiliarios.
Deuda pública en ascenso
A propósito de la deuda pública en pesos, los especialistas de DEMOS juzgaron que durante el primer año de la era Milei se produjo una dinámica de acelerado crecimiento, evaluada en moneda dura (dólares libres, en este caso se toma el dólar Contado con Liquidación -CCL-)" y calcularon que el valor total de los pasivos, contabilizando Tesoro y Banco Central, se incrementó en US$ 97.000 millones.
"Evidentemente esto contrasta con la necesidad de financiamiento del Estado, que se supone ha sido eliminada con el superávit en las cuentas públicas. En otras palabras, el Estado pagó enormes tasas de interés en dólares para que los inversores acepten títulos en pesos en vez de títulos o activos dolarizados", apuntaron.
A la vez, esta situación aparece en el resultado financiero del sector público nacional. De acuerdo al informe, si se suman los intereses capitalizados a la ecuación final, la cuenta financiera dejaría de ser superavitaria a mediados del año pasado: "En concreto, tomando los resultados financieros acumulados desde enero de 2024, puede verse cómo para septiembre se alcanza un primer rojo financiero acumulado, que luego se confirma en diciembre de 2024, enero y febrero de 2025".
A modo de conclusión, el documento manifiesta que el gobierno nacional trazó una estrategia general basada en una "caída de la demanda agregada vía una mega devaluación que aceleró la dinámica inflacionaria y licuó los ingresos, tanto del sector privado como público".
"Provocó un detenimiento súbito de la actividad económica y, por lo tanto, una caída inmediata de las importaciones que descomprimieron el mercado de cambios haciendo que el dólar libre se mantenga estable o incluso a la baja. Esto permitió poner en marcha el ciclo de apreciación financiera que vino acompañado de la fijación de la tasa de devaluación del tipo oficial", agrega.
Y cierra: "Forzar un superávit del sector público contribuyó directamente con esta estrategia aprovechando el capital político inicial. Puesto a la inversa, un gasto público indexado a la inflación hubiese colisionado con la valorización en dólares de los títulos públicos, compitiendo por los mismos recursos. Tal y como ocurrieron las cosas, mientras la deuda creció a la velocidad de la inflación, el gasto público perdió más del 30% en esos meses, y el tipo de cambio permaneció estable o a la baja".
MFN/EM