En contacto con Canal E, el economista, Lucas Gobbo, se refirió a las posibles medidas que prepara el ministerio de Economía para dinamizar la actividad y fortalecer las reservas del Banco Central. El foco estaría puesto en captar parte de los dólares no declarados que los argentinos guardan fuera del sistema financiero formal.
“Se calcula que hay alrededor de USD 300.000 millones ‘debajo del colchón’”, estimó Lucas Gobbo, y aclaró que, “es una cifra especulativa, porque justamente se trata de dinero no declarado y fuera de circulación”.
A su vez, explicó que el objetivo del Gobierno sería facilitar el uso de esos dólares sin necesidad de un blanqueo formal: “Una de las principales medidas podría ser permitir la utilización de dólares no declarados sin tener que pasar por un proceso de exteriorización, siempre dentro de ciertos montos y bajo el marco legal vigente”.
Pros y contras de la medida
Este mecanismo permitiría a los ciudadanos utilizar esos fondos para adquirir bienes o servicios, sin necesidad de justificar el origen del dinero. “Por ejemplo, que alguien pueda comprarse un auto cero kilómetro con los dólares que tiene guardados, sin tener que declarar de dónde provienen”, ilustró Gobbo. “La idea es que pasen del ahorro absoluto al consumo, lo que generaría una reactivación económica”, añadió.
Sin embargo, advirtió que, “es una medida delicada y controversial, porque podría favorecer indirectamente actividades ilícitas. Hay que ver cómo se implementa”.
Escasa acumulación de reservas y la ayuda del FMI
Otro de los grandes desafíos para el Gobierno es la escasez de reservas del Banco Central. “La realidad es que el Banco Central no está logrando acumular reservas”, señaló el economista, y explicó que esto se agrava en el segundo semestre por factores estacionales que complican el ingreso de divisas.
Sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, sostuvo que, “el Gobierno necesita unos USD 5.000 millones adicionales, más allá de los desembolsos de libre disponibilidad del FMI, para afrontar pagos de deuda”. Ese dinero, estimó, “podría llegar desde otros organismos internacionales”.