Los cardenales de todo el mundo reunidos en el Vaticano no se pusieron de acuerdo en la elección del próximo Papa de la Iglesia católica, sucesor del Papa Francisco, en el primer día del cónclave celebrado en la Capilla Sixtina.
Unas 50.000 personas en la plaza San Pedro del Vaticano vieron la columna de humo emanar de la pequeña chimenea de cobre ubicada en el tejado de la Capilla Sixtina donde ocurre todo el proceso.
No fue sorpresa. La elección ya preveía más negociaciones y varias votaciones para llegar a un nombre de consenso entre los "bergoglistas" de Francisco y el ala más conservadora que criticó mucho el pontificado reformista del primer papa latinoamericano enfocado en los pobres.
Hubo fumata negra y los cardenales se reunirán el jueves para el segundo día del cónclave papal
El primer escrutinio se conoció tres horas y cuarto después del "extra omnes", la orden de "todos fuera" para que los "príncipes de la Iglesia" se encierren y den inicio a este ritual que data de la Edad Media. Este año es incierto y no hay claros favoritos.
El secretario de estado vaticano, Pietro Parolin, figura entre los favoritos para relevar a Francisco, de quien fue su secretario de Estado por 12 años. En la "galaxia de papables" se incluye también al italiano Pierbattista Pizzaballa, el húngaro Peter Erdo, el srilanqués Malcolm Ranjith y al español Ángel Fernández Artime.
"Extra omnes": comenzó el cónclave
Este miércoles 7 de mayo se dio inicio formal al cónclave, el proceso que definirá quién reemplazará al fallecido Papa Francisco, con el cierre formal de las puertas de la Capilla Sixtina después de que se pronunciara la fórmula en latín "extra omnes" (todos fuera).
Antes de ingresar a la Sixtina, el secretario de Estado, Pietro Parolin, primero de los cardenales obispos, dio una oración inicial. Lo hizo en lugar del decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, que es mayor de 80 años y no puede participar en el cónclave.
El maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, monseñor Diego Ravelli, cerró las pesadas puertas de la capilla a las 17:46, hora italiana (12:46 hora argentina), después que abandonaran el lugar las personas no autorizadas a participar en la reunión.
Los 133 cardenales electores se instalaron en la residencia de Santa Marta y otros espacios del Vaticano, a donde regresarán una vez que finalice la primera votación y permanecerán aislados allí hasta que se defina quién será el nuevo Papa.
Todo el procedimiento está regido por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, que fue promulgada en 1996 por Juan Pablo II.
Antes de que comenzara el encierro, los cardenales participaron de una misa solemne en la Basílica de San Pedro. En su homilía durante la misa Pro eligendo Pontifice, el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, remarcó que "es fuerte la llamada a mantener la unidad de la Iglesia".
También pidió a los fieles rezar "para que Dios conceda a la Iglesia el Papa que mejor sepa despertar las conciencias de todos y las fuerzas morales y espirituales en la sociedad actual, caracterizada por un gran progreso tecnológico, pero que tiende a olvidarse de Dios".
Y agregó: "La unidad de la Iglesia es querida por Cristo; una unidad que no significa uniformidad, sino una firme y profunda comunión en la diversidad".
Luego del cierre de las puertas de la Sixtina, se dio comienzo al cónclave. Una vez iniciado, los integrantes del colegio cardenalicio no pueden comunicarse entre ellos y son custodiados por la Guardia Suiza Pontificia, el cuerpo militar del Vaticano.
Uno a uno, escriben su voto en una papeleta y la depositan en una urna. Luego, los cardenales escrutadores leen los nombres en voz alta. Al finalizar el conteo, cada voto es quemado.
A la espera del resultado de la primera votación, una gran cantidad de creyentes se reunió en la Plaza de San Pedro. Con fuerte expectativa, todas las cámaras de los medios locales e internacionales presentes enfocan a la emblemática chimenea por la que aparecerá la fumata.
La elección del nuevo Papa se comunica mediante el humo de la chimenea. El humo blanco significa que un nuevo Pontífice fue elegido. Por el contrario, si es negro, el cónclave continuará.
Según marca la tradición medieval, una vez que todos están dentro de la Capilla Sixtina, el maestro de ceremonias pronuncia el clásico "extra omnes" ("todos fuera"), y quienes no forman parte de la votación deben abandonar la sala. Luego se cierran las puertas y queda todo en manos de los cardenales.
La primera votación suele considerarse exploratoria y todo indica que será difícil que haya una definición rápida. Para elegir al nuevo Papa, se necesita una mayoría de dos tercios, es decir, 89 votos. Los cardenales solo votarán una vez este miércoles durante el primer día de la asamblea.
De no alcanzar una mayoría en la primera jornada, el cónclave continuará este jueves y podrán realizarse hasta cuatro votaciones. Según el cronograma, la segunda será a las 10.30 de la mañana de Italia. Si ninguno de los candidatos reúne los votos necesarios, la tercera votación se realizará dos horas después. Durante la tarde se llevarán a cabo otras dos votaciones si no se alcanza el humo blanco: una a las 16:00 y otra a las 19:00 (hora italiana).
ds
